El primer día: dos imágenes procedentes del Liber Chronicarum, Nuremberg, 1493. Todo comienzo favorece la abstracción y la imprecisión es un alivio. La imagen no coloreada, en su simpleza, es superior a la mezcolanza del acuarelista (aunque ésta se acerque más a la barahúnda que nos rodea). Un libro magnífico para un tiempo lleno de promesas (cf. Erasmo) y la mano, die Tat!, die Tat!, apunta con su prematuro homenaje al autor de Fausto.
Thursday, October 26, 2006
El primer día: dos imágenes procedentes del Liber Chronicarum, Nuremberg, 1493. Todo comienzo favorece la abstracción y la imprecisión es un alivio. La imagen no coloreada, en su simpleza, es superior a la mezcolanza del acuarelista (aunque ésta se acerque más a la barahúnda que nos rodea). Un libro magnífico para un tiempo lleno de promesas (cf. Erasmo) y la mano, die Tat!, die Tat!, apunta con su prematuro homenaje al autor de Fausto.
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